Una caricia del cielo mexicano.
El Acueducto. Entre arcos, pista, verdor y agua.
Museo de Arte. Pinceles y cinceles. Pintura y escultura.
Con ayuda en La Corregidora, México planeó su independencia.
Disperso toda desolación, toda timidez para permitir
unir mis ojos a los tuyos como las nubes al cielo.
Loemos al Todopoderoso.
Catedral de Querétaro. Encubierta entre unas callecillas.
La vida es eso, movimiento. Hay imagenes que ayudan a recordar que seguimos vivos…
Que las calles en nuestra ausencia siguen moviéndose…
Y yo aquí, enciendo una luz para ver si con mis ojos puedo distinguir qué día y en qué ciudad estoy.
Silencio que me ensordece.
El tiempo encuentra un final perfecto.
Naveguemos hacia el sol que inventamos, en el cielo que pintamos.
Soledad que me dilata y contrae, que me mantiene libre pero
cuestionándome si el precio de la libertad merece el silencio.
Mi soledad y yo nutrida de color.
Se esfuma como el humo del cigarro.
Hay imágenes que me son absolutamente familiares y otras...
Que la extrañeza que me causa, son un motivo por la cual las recordaré.
Mi alma, mi sombra, mi cuerpo
Tengo la luz que entra por mis pupilas
Casa de la Marquesa. Si eres exclusivo podrás hospedarte.
Recuerdos que unen memorias y luces que iluminan mi vida
Solo examina tu corazón y regresa a la inocencia
Es cierto, o el cambio viene de adentro, o se esfuma como el humo del cigarro...
querétaro. méxico sep/2009
